martes, 6 de agosto de 2013

Fechas Importantes



Agosto 5 2010:

-Salí aproximadamente a las 12:30 hrs, para así poder llegar con tiempo a mi trabajo, habiendo dejado a mi esposa en casa, con mi pequeño hijo y con los gemelos aun creciendo dentro de ella, desde el día que supimos que nuestra familia crecería, no he dejado de sentirme feliz, como si nada pudiera salir mal, y como si de pronto este mundo lleno de dolor y rabia en el que me e criado, fuera solo una ilusión.

-Calculo perfecto al llegar a mi lugar de trabajo con 30 minutos de anticipación a mi hora de llegada, guardo mi portafolio en mi gaveta y me dispongo a trabajar en mi computadora, atendiendo a usuarios de televisión por cable, pensando que esto ya no esta tan mal, y que debería buscar la manera de tener un doble turno o buscar otro trabajo para ganar el doble de dinero y así mantener bien a mi familia, ahora que esta se hará mas grande.

-Aproximadamente a las 16 hrs, recibo una llamada, el móvil me indica que es mi esposa, me preocupo un poco, pero no importa, pienso que todo está bien, y que tal vez solo olvide algo en casa.  Lamentablemente mi buen humor se acaba, cuando la escucho del otro lado de la line, diciendo que comenzó a sangrar, y que va rumbo al hospital, mi ritmo cardiaco se acelera y mi voz aumenta un poco el tono debido a la preocupación, le digo a mi mujer que la veré en el hospital, cuelgo el móvil y hablo con mi supervisor, el cual, sin más preguntas me deja salir inmediatamente.

-El tiempo ya no me importa, aunque aún miro mi reloj, y mi ahora borroso campo de visión me indica que son casi las 18 hrs, maldigo mentalmente debido a la tardanza, llego al hospital y maldigo mentalmente porque mi mujer aún no está ahí, a los ´pocos minutos, mi madre y mi tía llegan al lugar y me reconocen de inmediato, me madre me abraza y me regala palabras que de momento son inservibles. Mi mujer llama una vez más para decir que está atascada en el tráfico de una avenida principal, sin más remedio, cedo a las demandas de mi madre para ir a comer algo a la casa y regresar al poco tiempo.

-15 minutos después, estoy de regreso en el hospital, esperando, cuando al fin la veo llegar, con una mirada cansada y pasos lentos y pesados, todo en eso me lastima, ¿qué le pasa a ella?, ¿Qué le pasa a mis gemelos?, todo me da vueltas en la mente en segundos, más y más rápido, ella trata de sonreír y me doy cuenta que finge, siempre finge, yo imagino que lo hace para que yo no me sienta mal, pero me doy cuenta y la ayudo en todo lo que puedo, hasta que 20 minutos después ingresa a la sala del hospital, para una revisión rápida.

-Pasan un par de horas, y por fin una enfermera pronuncia el nombre de  mi mujer en voz alta, me acerco y la enfermera me mira con lo que parece ser una conjunción de dolor, pena y resignación “Los productos no presentan frecuencia cardiaca, hay que removerlos, y ya se ha programado la cirugía para su mujer, ella podrá salir el día de mañana, después de la cirugía”, que forma más impersonal de decirlo, mi espíritu está lleno de tristeza y rabia, quiero gritarle, quiero abofetearla y decirle que no son “productos” que son mis pequeños gemelos, mi niño y niña, y que exijo que respete eso, sin embargo, solo me limito a mirarla y asentir, ella regresa hacia las salas, y mi cuerpo se mueve por instinto hacia donde se encuentra mi madre, ella me mira y de mi boca sale el mensaje de la enfermera, frio, sin sentimiento alguno, escucho mi voz resonar dentro del enorme vacío que ahora es mi cuerpo, mis ojos solo ven a mi madre, en lo que parece ser una bruma espesa, siento como me abraza, como intenta consolarme, pero sé que ya no hay remedio, no hay cura, ni ungüento que deshaga este dañe, mis pequeños no están vivos, su madre probablemente está destrozada, y yo, estoy tratando de no caerme a pedazos.

Agosto 6 2010:

-Me levanto una vez más, vacío, roto, aun es algo temprano, salgo de la cama, y veo a mi pequeño hijo, el aún está vivo, respirando, esperando a hacer todo lo que el quiera en este nuevo día, a diferencia de sus hermanitos, el aún puede hacerlo, ellos ni siquiera llegaron a ver este mundo, me abstengo de llorar,  me doy una ducha, y preparo el desayuno, mi mujer come sin ganas, trato de estar de la mejor manera para ella y para mi pequeño cachorro, por ellos no me romperé, no hasta que ellos no me lo permitan.

-Regreso de mi trabajo, es tarde y estoy en casa de mis suegros, mi mujer decidió ir con sus padres y que durmiéramos en esa casa, es fin de semana y, aunque trabajo al día siguiente, decido cumplir esta petición, a la hora de dormir, me arrepiento un poco, ella me mira a los ojos y me dice con dolor en la voz “estoy destrozada, me duele lo que paso, y tu ni lo mencionas, no dices una palabra, eres tan insensible, creo que ni siquiera te importa lo que paso”. Me rompe, me hace pedazos con sus palabras, y aun así, sonrió, y digo que me interesa mucho, y me duele, pero que no voy a romperme, porque tengo grandes razones para no hacerlo, y que espero que cuando ella se sienta mejor, le explicare el por qué decidí no dejarme caer, ella bufa un poco, y se prepara para dormir, en este momento es muy difícil pelear para que mi dolor no salga en forma de lágrimas, y por titánica que esta pelea en contra de mi propio dolor sea, salgo victorioso y duermo.


Agosto 28 2010:

-El día es sábado, es cumpleaños de mi mujer, y aunque estoy en mi trabajo, estoy planeando algo, tal vez llevarle flores, sacarla a cenar, algo tiene que haber, para poder hacerla sentir mejor, ella dijo que no deseaba tener una fiesta, lo cual entiendo completamente, falta poco para mi hora de salida, espero el momento con ansias.

-Después de un largo camino, llego a casa, abro la puerta, pensando en sacar a cenar a mi mujer, y lo que veo golpea mi cuerpo vacío con un frio impresionante, la veo a ella, semidormida, recargada en la mesa, mientras mi hijo esta acostado en un sofá, durmiendo, ella tiene una botella de cerveza en la mano, más de un litro de cebada liquida, “espero que solo sea esa y que este cansada” pienso para mí, de antemano sé que su resistencia en contra del alcohol es grande. Tomo a mi hijo en brazos, y lo llevo a su cuna, lo arropo y beso su frente, regreso a ver a mi mujer, veo como poco a poco despierta y se da cuenta de mi presencia, trato de abrazarla por la espalda, y  solo gano un codazo en el estómago, retrocedo un paso y la miro dar vuelta para verme frente a frente, su rosto muestra tristeza, pero más que eso rabia,  me mira a los ojos, y con una voz alcohólica comienza a hablar “Eres un maldito, no sentiste nada por esos pequeños, no los amabas, no te importo que se fueran..” poco a poco el dolor empieza a consumirme, corroe mi interior como acido, y no hago más que aceptarlo, me acerco a ella, y contra su voluntad la levanto en mis brazos y la llevo a la recamara, en un pasillo de no más de 3 metros, ella golpeaba con sus manos lo que podía de mi cuerpo, injuriaba y gritaba, llamándome culpable “todo esto paso por ti, por tu falta de interés, maldito, mis bebes murieron por tu culpa, ASESINO!!” la palabra golpea fuerte, la dejo en la cama, y casi de inmediato, ella cae en un sueño profundo, el dolor es insoportable, doy vuelta y veo que mi cachorro se ha quitado su cobertor de encima, lo cubro nuevamente, y me dirijo a la puerta. Me doy cuenta de que esto es irresponsable, pero ya no puedo cargar más con esto, salgo de casa, cierro la puerta y la aseguro después, me doy media vuelta, y comienzo a correr, corro con toda mi fuerza, corro y siento mis pulmones quemar por la manera en la que el oxígeno les está siendo subministrado. No me detengo, mi carrera continua en la oscuridad de la noche, más rápido, hasta que ya no puedo más, mis piernas colapsan, y logro detenerme a tiempo para no caer, respiro con dificultad, miro la luna, y luego al suelo, y por fin el dolor hace presa de mí, mis lágrimas fluyen sin parar, mis sollozos comienzan a llamar la atención de otros transeúntes a los que ahora intento evadir, no deseo que nadie me vea “Asesino” la palabra gira en mi cabeza, golpea y derrumba los muros en mi vacío interior, golpea y daña cada una de mis células, camino rumbo a mi casa con los ojos llenos de lágrimas que al parecer no piensan detenerse, al llegar nuevamente a mi hogar, tomo un cobertor y me recuesto en un sofá.

 Agosto 29 2010:

-Mi mujer se levanta,  al parecer no recuerda nada de lo que paso ayer, me mira y me pregunta si no me dijo nada indebido, la miro y le digo “No, solo te preocupabas porque mi niño estuviera bien arropado y en su pequeña cama, después de asegurarme de eso, te lleve a ti a la cama, y decidí dormir aquí, después de tomarme un refrigerio”

Agosto 06 2013:

-Tres años después de que mis gemelos no lograran su camino hacia la vida, después de mi separación con ella debido a varios problemas y el solo poder disfrutar de mi cachorro 5 horas cada fin de semana, esa palabra aún sigue persiguiéndome, la culpa, el dolor, la rabia, la tristeza, se vuelven muy fuertes desde el día 5 de agosto, y ya no sé qué hacer con todo esto, lo he dejado salir nuevamente, aunque ominosa, el día de ayer, hoy, y dentro de más días, son fechas importantes para mí, fechas en las que recuerdo con mucha claridad lo que paso, días en los que me pregunto si realmente soy o no un asesino, días en los que el dolor y la melancolía no dejan de hacer presa en mi alma.